La Secretaría de Salud recomienda a la población de la región centro del país, es decir, habitantes de Puebla, Morelos, Estado de México y Ciudad de México, no exponerse a la ceniza presente por el incremento de actividad del volcán Popocatépetl.
La dependencia federal hace énfasis en el llamado a los habitantes de la región a mantenerse pendientes de la información que emitan las autoridades y no creer ni propagar rumores. Aun cuando el incremento de la actividad volcánica no significa necesariamente que habrá erupción, es indispensable —por la salud y la seguridad de las personas— contar con información oficial.
Asimismo, alerta sobre los riesgos que representan las recientes exhalaciones del Popocatépetl:
La ceniza volcánica fresca puede ser áspera, ácida, arenosa, vidriosa, maloliente y completamente desagradable.
Aunque los gases normalmente se encuentran demasiado diluidos y no son un peligro para una persona sana, la combinación de gases ácidos y ceniza puede estar presente a kilómetros de la erupción y causar daños pulmonares a la niñez, personas adultas mayores y con enfermedades, incluyendo quienes sufren de enfermedades respiratorias graves.
Contaminación
Este recubrimiento ácido desaparece fácilmente con la lluvia, pero puede arrastrar y contaminar las reservas de agua local. La ceniza ácida también puede dañar la vegetación y las cosechas en la región.
Ante el escenario en materia de salud descrito, la Secretaría de Salud emite recomendaciones para que las personas protejan su salud:
Niñas, niños, así como personas adultas mayores y con enfermedades respiratorias deben evitar el contacto con la ceniza.
Evitar hacer actividades al aire libre.
Proteger ojos, nariz y boca; en caso de tener que salir a la intemperie, usar un pañuelo o cubrebocas.
Usar lentes y ropa de protección en caso de salir al exterior, ya que la ceniza afecta la visibilidad y daña la piel. De preferencia no usar lentes de contacto.
Lavar los ojos con abundante agua si se ha estado expuesto a la ceniza y presenta sensación de cuerpo extraño en los ojos.
Cerrar puertas y ventanas y sellar con trapos húmedos las rendijas y las ventilas, para limitar la entrada de polvo a casas y edificios.