Una paciente con una condición de salud rara no diagnosticada, sufrió perforamiento del revestimiento del cerebro durante una prueba nasal de COVID-19.
Los expertos sugirieron que aquellas personas quienes se hayan sometido a una cirugía nasal o de la base del cráneo deberían hacerse una prueba distinta a la nasal.
Las personas que se han sometido a una cirugía nasal o de la base del cráneo deberían considerar una prueba oral.
Además los expertos también afirmaron que la prueba se haya hecho de forma incorrecta por lo que el caso demuestra que los profesionales de la salud deben ser estrictos en los protocolos del test.
La paciente de 40 años, se le hizo la prueba previa a una cirugía de hernia, además se trata de una persona tratada por hipertensión intracraneal, condición que provoca que la presión del líquido cefalorraquídeo que protege y nutre el cerebro sea muy alta.
La paciente afectada, expresó que sintió que la entrada del hisopo fue alta y a los pocos minutos comenzó a tener los siguientes síntomas:
- Vomito
- Dolor de cabeza
- Aversión a la luz
- Rigidez en el cuello
Esto ocasiono que fuera sometida a una revisión médica hallando que se había producido una fuga del líquido del cerebro.
A la paciente se le practicó inmediatamente una cirugía para drenar parte del líquido y corregir la afección; sin embargo si no se hubiera actuado a tiempo la mujer habría desarrollado una infección cerebral que podría llevarla a la muerte, o le hubiera entrado aire al cráneo produciéndole una presión inadecuada sobre el cerebro.