El chile no solamente se utiliza para los famosos tacos, o en preparaciones de platos fuertes, incluso hay dulces que tienen ese sabor que México ama.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro social (IMSS), los chiles comenzaron a utilizarse desde hace más de 8.000 años combinados con alimentos como el maíz, el frijol y la calabaza.
Por lo anterior es que en México es costumbre utilizar este ingrediente para potenciar el sabor de los alimentos. Además se ha convertido en un elemento social ya que la resistencia al picante también está relacionada con la valentía.
Y hay que decir que en el país latinoamericano hay una gran variedad de opciones. Se tienen registrados alrededor de 64 tipos diferentes de chiles que se consumen frescos, deshidratados, cocidos o industrializados, ya sea para agregarlos a los platillos como complemento o como parte de la preparación principal.
Beneficios y contraindicaciones
Aunque ya quedó claro que el comer picante es una tradición mexicana que además genera una sensación de bienestar, es importante mencionar que se debe tener cuidado con caer en el exceso debido a que puede perjudicar la mucosa del tracto gastrointestinal provocando náuseas, vómitos, dolor abdominal, úlceras, diarrea y hemorroides. Incluso, algunos estudios han relacionado el abuso a largo plazo de capsaicina con cáncer de estómago.
Con base la anterior, los alimentos picantes están especialmente contraindicados en personas que sufren de úlceras, gastritis, síndrome de intestino irritable, reflujo gastroesofágico, hemorroides, problemas hepáticos, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y niños menores de seis años, de acuerdo con el blog de salud de Mapfre.