El fentanilo es un medicamento sintético, que se introdujo en 1960, para uso clínico (como anestésico y para el tratamiento del dolor crónico e intenso).
El fin era reemplazar a la morfina y a otros opioides (derivado del opio, el cual es una mezcla de sustancias que genera la flor de amapola o adormidera (Papaver somniferum). Fue sintetizado por primera vez por el Dr. Paul Janssen y su aprobación por la Janssen Company de Beerse de Bélgica, se realizó en diciembre de 1960 y por la FDA de los Estados Unidos de América (Food Drug Administration) en 1968.
El fentanilo, como todos los opioides, se une a receptores que se encuentran situados en la membrana de las neuronas que al unirse envían diversas señales a las neuronas para producir diferentes cambios neurológicos y en diferentes partes de nuestro cuerpo.
Efectos negativos
El fentanilo, (cuando se administra por especialistas médicos) produce un efecto anestésico que junto con otros anestésicos puede ayudar a inducir o mantener una anestesia adecuada. Además de este efecto anestésico también tiene un efecto potente contra el dolor (analgésico) de hasta cien veces mayor que el de la morfina.
Sin embargo, también puede producir efectos negativos en nuestro organismo como: fatiga, somnolencia, náuseas, vómitos, mareos, excitación temporal, pupilas pequeñas, diarreas, depresión respiratoria, bradicardia (frecuencia cardiaca lenta), debilidad muscular, baja de presión arterial, estreñimiento, crisis convulsivas, entre otros efectos; todo dependiendo del modo de administración y dosis.
Fuente: Por:
Dr. Óscar Rosas Carrasco, Universidad Iberoamericana.