Ahora que se celebró el Día del Amor, la ciencia explica que el enamoramiento es un proceso bioquímico cuyo inicio se da en la corteza cerebral, pasa al sistema límbico (encargado de mediar las emociones) para llegar a su cumbre en el sistema endocrino, donde las hormonas segregadas producen intensas respuestas.
Además, en el cerebro ocurren cambios, tanto en los neurotransmisores serotonina, dopamina, oxitocina y vasopresina, como en el aumento de liberación de adrenalina que estimula la frecuencia cardiaca y disminuye el tránsito gastrointestinal.
El amor es ciencia
En contraparte, el desamor también desencadena reacciones bioquímicas a nivel cerebral. Se sugiere que es en la amígdala cerebral donde ocurren cambios importantes después del rompimiento amoroso, pues esta área forma parte de lo que se llama cerebro emocional, dado que una de sus funciones es la de generar el miedo, la angustia, el cariño, la alegría y la excitación.
Incluso, a través de la resonancia magnética se ha comprobado que la corteza cingulada anterior del cerebro, encargada de activar el dolor físico, es estimulada. Es decir, existe un comportamiento similar al que genera un dolor de alta intensidad, como romperse una pierna.
¿Por qué el amor nos "ciega"? ❤_❤
No eres tú, es la ciencia ☝🏻 pic.twitter.com/e38rJL6PDp— pictoline (@pictoline) February 14, 2020
Reacción orgánica
Algunos autores han postulado que durante el enamoramiento se producen muchos neurotransmisores en la amígdala y, cuando la persona sufre una separación amorosa, estos experimentan un desequilibrio.
Después del rompimiento amoroso también hay cambios endocrinos como la liberación de cortisol, la hormona del estrés que, al mantenerse elevados por varios días, puede ocasionar incrementos en la presión arterial, insomnio, gastritis, espasmos musculares y una disminución de las defensas.