El Secretario General de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, Álvaro López Ríos, lamentó que en Yucatán, después de 31 años de esplendor, la producción de henequén esté estancada en 27 mil toneladas.
Los campesinos productores de esta península están en estado de emergencia desde 1993 a la fecha, obligados a vender sus tierras, a no producir el “oro verde”, atados al desplome económico de esta industria y fuera de cualquier programa del Gobierno Federal.
Ello ocasionó migración de campesinos jóvenes hacia la Rivera Maya, a las grandes ciudades del país e incluso se fueron en busca del “sueño americano”.
Actualmente la superficie cultivada alcanza las 15 mil hectáreas ubicadas en 16 municipios de Yucatán donde participan entre 3 mil 500 y 6 mil campesinos así como 11 empresas privadas para producir 8 mil toneladas anuales, con un pago al productor de la fibra del henequén de 14.50 pesos por kilo, precio que representa más del doble de lo que cotizaba en 2013.
En 1961 la producción alcanzó 139 mil 650 toneladas de fibra mientras que en 1993, ya desaparecida CORDEMEX y liquidados los casi 40 mil ejidatarios henequeneros del programa de subsidios del Gobierno Federal, la producción llegó a 27 mil 007 toneladas, señaló el dirigente nacional de la UNTA.
“El legendario oro verde se fue extinguiendo y nadie pudo evitarlo”. Hoy es urgente que los gobiernos Federal y estatal contribuyan a alentar la producción del henequén para evitar exterminio, demandó el dirigente nacional de la UNTA.
Por su parte, Guillermo Cauich, dirigente estatal de la UNTA en Yucatán, dijo el “Oro Verde” era el motor de la economía en la entidad. “Hoy el campo está totalmente abandonado y aquellas desfibriladoras están convertidas en ruinas”.
Destacó que actualmente el henequén se cultiva en 15 países y México es el segundo productor más grande, al producir el 7% del henequén mundial mientras que Brasil produce un extraordinario 54%.
“Hemos exigido al gobierno en turno que esta industria sea reactivada porque la sociedad mexicana y mundial requiere regresar a los hilos naturales, a lo que es el oro verde, a mover la economía”, expuso en entrevista.
Son 6 mil familias activas en el ramo del henequén pero ahora la producción es parcelaria porque prácticamente con la Reforma a la Ley Agraria y la liquidación de los henequeneros de CORDEMEX, muchos vendieron o rentaron sus tierras, insistió.
En los últimos 8 años, precisó, la superficie cultivada de henequén en Yucatán creció un 28 por ciento al pasar de 12 mil hectáreas que se trabajaban en 2012 a 20 mil hectáreas actualmente, y la producción de la fibra superó las 27 mil toneladas en el mismo período, con un valor superior a los 241 millones de pesos. No hay que olvidar que desde su plantación hasta su cosecha se requiere esperar cinco años.
Además, explicó Guillermo Cauich, a través del jugo del henequen se puede producir etanol para biodisel y tequila, mientras que con la fibra se elaboran pastas de papel, láminas de henequén, sacos de mecate, cuerdas, hilos, bolsos, tapetes, zapatos, alfombras, hamacas; hasta alimento para ganado en su proceso de producción.
Hizo ver el dirigente estatal de la UNTA en Yucatán que actualmente crece la demanda de fibra natural en el mundo de tal suerte que es necesaria la participación del Estado en políticas públicas vinculadas al sector para incrementar la inversión junto con las empresas en el campo yucateco.
El reto es generar fuentes de empleo y activar la economía rural pues se tiene que mejorar la red carretera, apoyos y créditos accesibles para adquirir herramientas de trabajo y camiones de carga para transporte de hojas y plantas desfribriladoras sin olvidar construir caminos rurales y sacacocechas.
Ante ello, lamentó que el henequén no lo tome en cuenta el Gobierno Federal en el programa Sembrando Vida ya que sería un impulso para hacer producir de nuevo las tierras en los ejidos y en las comunidades rurales en la zona henquenera yucateca.