México 6 octubre._ Ximena es la primera niña en América Latina en probar y utilizar el exoesqueleto Atlas 2030. Es un dispositivo robótico desarrollado por la empresa Marsi Bionics en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
El aparato acaba de desembarcar en México, su primer destino fuera de Europa, donde a corto plazo va a estar disponible para al menos 200 menores con parálisis cerebral. Con su llegada, para muchas familias la esperanza empieza ahora.
En la colonia Doctores, históricamente una de las zonas más inseguras de Ciudad de México, descansa el único robot de Latinoamérica que ayuda a levantarse y a caminar a niños con discapacidades motrices. A la fundación APAC (Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral) acuden diariamente 500 menores y adultos, pero no todos van a poder utilizarlo.
Se puede adaptar para un máximo de 35 kilos y la altura que corresponde de dos a 11 años. Aún así solo en esta asociación ya son dos centenares de pacientes para un único aparato.
“Se trata de niños que solo habían estado erguidos con arneses o con sus madres sujetándolos por las axilas y ahora con el exoesqueleto pueden interactuar solos, pueden jugar”, apunta Guadalupe Maldonado, directora de APAC.
Funcionamiento
El funcionamiento robótico del Atlas es “sencillo” en palabras de sus creadores, pero ha costado años de investigaciones. Tiene ocho motores, colocados en los tobillos, las rodillas y las caderas. Primero, el niño se sienta y se le abrochan una serie de fijaciones en las extremidades y en el pecho.
Cuando está bien sujeto, en la tableta que el robot lleva anexada para poder dirigirlo, se aprieta un solo botón. La fuerza del exoesqueleto lo levanta inmediatamente.
El robot cuenta con dos modos: el automático, en el que toda la fuerza está realizada por el dispositivo y está pensado para los pacientes que no tienen o no van a poder desarrollar fuerza muscular.