La palabra dieta es definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura como: “Mezcla de alimentos sólidos y líquidos que un individuo o grupo consume».
«Su composición depende de la disponibilidad de los comestibles, su costo, valor cultural y de los hábitos de quienes los ingieren”. Sin embargo, socialmente se le ha asociado a la restricción de comida con miras a perder masa corporal.
Someterse a un régimen sólo porque está de moda en las redes sociales o porque lo recomendó un médico no especialista en nutrición o por un nutriólogo al que sólo le importa la disminución de peso implica un grave riesgo para la salud, como bien sabe la abogada y activista Shandal Jasso Rodríguez.
Dietas: moda o salud
A los 16 años, Shandal desarrolló hipertiroidismo. Para evitar daños a su salud le dieron tratamiento con yodo radiactivo, motivo por el que comenzó a ganar kilos.
“En consulta una doctora me dijo: ‘no tienes dignidad, ¿qué estás esperando para bajar de peso?’. Recuerdo ese momento como algo muy doloroso”.
La violencia estética y los estereotipos de delgadez, sumados a esa experiencia, impactaron psicológica y emocionalmente a Shandal, quien comenzó a hacer dietas.
“Caí con nutriólogos que hasta me inyectaron cuando llegué a un punto donde ya no adelgazaba más. Hice dietas keto, paleo y alguna vez seguí un régimen que consistía en ingerir sólo yogurt y almendras, el cual vi en un libro de un doctor que, según, sabía mucho”, narra.