México 17 noviembre._ Alejandro Córdoba, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM desarrolla una tecnología para atraer y atrapar al insecto que alberga al parásito Trypanosoma cruzi, causante del mal de Chagas.
Córdoba Aguilar y su equipo lograron identificar las feromonas que emite la chinche besucona para comunicarse, atraerse y reproducirse. En la creación de la feromona sintética de la chinche besucona participaron el doctor Córdoba Aguilar y colegas del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
No hay tratamiento
El mal de Chagas o tripanosomiasis americana es incurable. No hay tratamiento ni vacuna contra esta afección. Desde que la chinche introduce en el humano al parásito Trypanosoma cruzi, pasan aproximadamente 15 o 20 años. Eso, hasta que se manifiestan los síntomas graves de la enfermedad.
La chinche (Triatoma pallidipennis) es una de las varias decenas de especies de insectos triatominos que habitan desde la frontera de Estados Unidos hasta Argentina.
Se le conoce con distintos nombres según la zona: vinchuca, voladora, chupadora, etcétera. En México se le llama chinche besucona, porque a menudo pica en la cara, particularmente alrededor de los labios.
Una trampa con sensor
También desarrollaron una caja trampa con las siguientes características:
Es pequeña, “como la mitad de una caja de zapatos de bebé”. En ella se pueden atrapar a unas 100 chinches, cantidad suficiente, ya que en una casa rural se encuentran de cinco a ocho chinches, cuando mucho.
Cuenta con un ventilador pequeño que emite la feromona sintética desde adentro.
Cuando la chinche es atraída y entra a la caja, la puerta se cierra o abate hacia abajo y la besucona ya no puede escapar.
La caja cuenta con un sensor que avisa en una pantalla cuántas veces se ha accionado la trampa. Es decir, cuantas chinches han sido atrapadas.