Ante el impacto que la producción de carne causa al medio ambiente, las compañías deben apostar por las proteínas alternativas.
La industria agroalimentaria está vinculada con todas las personas, y aunque la comida es parte fundamental de nuestra vida, pensamos poco en esta industria, sus procesos, prácticas, marco regulatorio y huella de carbono.
El 23 por ciento de las emisiones de carbono del planeta provienen de esta industria, de la agricultura, la arboricultura y el uso de la tierra asociado.
Además, esta industria utiliza aproximadamente el 70 por ciento del agua potable a nivel mundial y el uso más intensivo de agua proviene de la producción de proteína animal.
Estudios en los últimos años han demostrado que reducir el consumo de carne trae beneficios no únicamente a la salud, sino también al medio ambiente.
Futuro alimentario
Hace un par de semanas la Iniciativa FAIRR, establecida por la Fundación Jeremy Coller, con la misión de investigar y ofrecer datos y herramientas para que los inversores puedan navegar la industria agroalimentaria publicó el reporte Appetite for Disruption, o Apetito por la Disrupción.
El cual reconoce la diversificación de proteínas como un tema esencial para el futuro de los negocios de la industria alimentaria.
El reporte muestra que el 2021 ha sido un año récord en el negocio de carne cultivada en laboratorios, en donde hubo una inversión de 506 millones de dólares, solo en los primeros seis meses del año.
La pandemia puso el foco en las cadenas de producción de alimentos y ha sido un catalizador para acelerar la innovación en este sector.
Las 25 compañías más grandes del mundo tienen un papel importantísimo en la transición a proteínas alternativas. Por ejemplo Walmart, el supermercado que vende más comida en el mundo, introdujo una línea de carne a base de plantas en el 2021.
ANDREA LOBATO MESSER. EL FINANCIERO