México 10 septiembre._ Uno de los factores que provocan obesidad y sobrepeso es la alimentación emocional. Es decir, cuando se come por ansiedad, estrés, enojo o en reuniones sociales, sin medida o sin necesidad fisiológica.
Por ello, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) estableció un esquema multidisciplinario conformado por especialistas en nutrición, medicina y psicología para tratar estos problemas de salud.
Con el objetivo de fortalecer e impulsar la prevención, el director general, Pedro Zenteno Santaella, desplegó una estrategia para apoyar a la población a mejorar hábitos alimenticios y evitar el sobrepeso.
La jefa de departamento de la Dirección Normativa de Salud, Andrea Calvo Rodríguez, indicó que la alimentación emocional se define como la acción de comer por apetencia, pero sin hambre.
Comer bien
Es decir, “nuestro cuerpo no está necesitado de alimento en ese momento para mantener nuestras funciones vitales, sino que lo hace para afrontar, evitar o regular alguna situación o experiencia que estamos pasando”.
Informó que diversos estudios han identificado cinco factores principales de este concepto: la emoción, cuando sentimos felicidad o tristeza acudimos a consumir alimentos; familia, para acompañarlos en la hora de la comida o rituales dentro del círculo.
Indiferencia, falta de interés por el contenido nutricional y cuidado de la alimentación. Cultura, para festejar alguna fecha, fiestas patronales o en comunidades. Y, efecto del alimento, cambios en el estado de ánimo antes, durante y después de comer.
La especialista resaltó que, para generar resultados positivos, tanto en la pérdida de peso como en el control de la nutrición emocional, es importante que las intervenciones estén guiadas por personal de salud mental como psicólogos, psicólogas y/o psiquiatras.